La clave para prevenir cualquier enfermedad, evitar síntomas o malestares, tener un porcentaje de grasa corporal adecuado o sentirse con mayor energía es una alimentación correcta. Pero… ¿Qué es una alimentación correcta?
Cada persona tiene características particulares que hacen que su alimentación también sea única. Algunos alimentos para un grupo de personas son imprescindibles, mientras que para otros su consumo no es necesario o perjudicial, por esta razón no se puede diseñar una “dieta correcta” para toda la población.
A pesar de las necesidades nutrimentales que cada persona tiene, te recomendamos que tu alimentación tenga las siguientes características:
Completa: durante todo el día debes incluir todos los grupos de alimentos, es decir, cereales, frutas, verduras, proteínas animales y/o vegetales y grasas.
Equilibrada: cada nutrimento tiene una porción ideal de consumo, es decir, no es recomendable consumir el mismo gramaje de pechuga de pollo, que de espinacas o de aceite de oliva. Para conocer que porción debes consumir, te recomendamos visitar a tu nutriólogo.
Inocua: se refiere a que tu alimentos y agua deben ser libre de microorganismos patógenos, toxinas o contaminantes que pongan en riesgo tu salud. Lavar y desinfecta tus frutas y verduras, mantén una cadena de frío cuando adquieras productos en refrigeración o congelados y bebe únicamente agua filtrada y apta para el consumo humano.
Suficiente: una dieta deficiente o excesiva en nutrimentos ocasiona riesgo a la salud, causando desnutrición o sobrepeso y/o obesidad. Visita a tu nutriólogo para que conozcas y asesore a cubrir tus necesidades nutrimentales.
Variada: la alimentación debe incluir diferentes tipos de alimentos. Si todos los días desayunas “manzanas”, tu alimentación sería deficiente al solo cerrarte a los nutrimentos de la manzana, en cambio si un día desayunas manzana y al día siguiente melón y posterior a esté toronjas; tu alimentación tendrá más variedad de nutrimentos. Cambia de forma regular la fuente de tus alimentos.
Adecuada: los alimentos que integran tu dieta deben ser acorde a tus gustos, edad, al lugar donde vives, a tu estado de salud actual y ajustada al presupuesto destinado para alimentos. Es decir, no es obligatorio para alcanzar un mejor estado de nutrición que consumas un tipo de fruta en específico si en el lugar donde vives no está disponible, que consumas solo licuados si no tienes problemas de masticación o que inviertas más del presupuesto destinado que tienes para tus alimentos.
Te recomendamos visitar regularmente a tu nutriólogo para que tu alimentación sea personalizada y logres un óptimo estado de salud.
Fuente de información:
NORMA Oficial Mexicana NOM-043-SSA2-2012, Servicios básicos de salud. Promoción y educación para la salud en materia alimentaria. Criterios para brindar orientación.